Los desposorios de la Virgen. Rafael Sanzio. 1504
Este es un tema sobre el que la Biblia pasa prácticamente por encima, ya que las referencias son mínimas. Lucas alude a "una Virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David". Mateo alude a que "el origen de Jesús fue así: estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se hayó en cinta por obra del Espíritu Santo".
Simplemente nos indica que estaban desposados o prometidos, ya que según podemos leer en Mateo todavía no convivían juntos los futuros esposos.
Según la tradición la Virgen sería una mujer bastante joven cuando se une a José, que por su parte sería un hombre mayor, que debería respetar la virginidad de María, que era una joven que había prometido mantener esta virtud. En ocasiones se habla de que la función de María sería ayudar a José, que ya era un hombre mayor. Como José debería respetar la Virginidad de María, de ahí su sorpresa cuando se entera de que ella se encuentra embarazada, por varias razones, no solo por el respeto que él debería tener sino porque ella había prometido mantener esa virginidad a lo largo de su vida.
El cuadro de los desposorios nos muestra a los futuros esposos. Para los judios el matrimonio era un simple contrato civil y no un rito religioso, por esta razón el acontecimiento se representa normalmente al aire libre o como mucho al lado de un templo.
La representación presenta a los futuros esposos y a un oficiantes que va ataviado como un sumo sacerdote, que lleva en su cabeza una tiara de forma picuda. El sacerdote junta las manos derechas de los recién casados y en algunos casos sujeta una estola blanca con la que va a envolverselas para sellar la unión según el rito judío. El Sumo Sacerdote ejerce como eje de simetría que regula la composición. En algunas obras la Virgen baja ligeramente la cabeza de forma sumisa.
Muy curiosa es la figura del joven que rompe una vara con una de sus rodillas tras ser rechazado como pretendiente de la Virgen.
La belleza del templo del fondo de la obra de Rafael nos muestra la plenitud de la pintura Renacentista en Italia.
Pietro Perugino. Los desposorios de la Virgen. 1501-1504