Basquiat es uno de los jóvenes rebeldes del arte cuya trayectoria se vio truncada cuando solo contaba 28 años de edad, debido a su muerte por sobredosis. El triunfo le llegó muy joven y las circunstancias tanto familiares como personales que lo rodeaban no ayudaron a que pudiera tener un mejor fin. Ese aura de artista rebelde le persiguió cuando estaba en activo (siempre gustan en exceso este tipo de actitudes siempre poco recomendables) y continuó después de su fallecimiento.
Su deceso se produjo en 1988. Había nacido en Nueva York en 1960 dentro de una familia desestructurada formada por un padre haitiano y una madre puertorriqueña y su infancia no fue del todo feliz debido al divorcio de sus padres y a los constantes cambios de domicilio debido a ello.
Esta situación no conducía a nada bueno, abandonó el colegio y, como otros muchos jóvenes en ese momento, formó parte de una de las muchas bandas callejeras que proliferaban en Nueva York y otras ciudades norteamericanas. Ello le hizo entrar en contacto con el arte callejero y sobre todo con el Graffiti con el que llenaba muchos de los muros de la ciudad. Firmaba con un nombre bastante provocativo SAMO que alude a que siempre pintaba el mismo tipo de cosas, siempre desde un punto de vista satírico y altamente provocativo.
Basquiat es el ejemplo de un artista que se encuentra por completo fuera del sistema pero que de repente se introduce en el mismo, obteniendo un éxito que no tiene comparación con otros. Su primera gran exposición dentro del sistema será en el año 1980 y desde entonces no paró de realizar exhibiciones tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Por ejemplo en 1981 ya expuso en el PS1 del MOMA de Nueva York, uno de los espacios más cotizados por cualquier joven artista.
Para esta nueva etapa abandona el graffiti y el soporte para sus obras será la pintura. En un principio con gran influencia del expresionismo abstracto (estilo genuinamente norteamericano) cuya referencia más importantes será Jackson Pollock o las figuras de Willem de Kooning, aunque sus pinturas siempre tendrán un toque étnico que alude a los orígenes de su familia salpicado con unas notas de arte pop, ya que es innegable la gran influencia que Andy Warhol ejercía en el mundo del arte de la ciudad en ese tiempo y quizás también porque el icono pop le sirvió como padrino en su presentación como artista y gracias a él muchos adeptos abrieron los ojos. La cultura popular y en parte las diferentes etnias que se dan cita en la gran manzana forman parte de su trabajo.
Es curioso observar como el sistema del arte comienza en este momento a absorber algunos artistas considerados hasta entonces marginales o procedentes de estilos que no estaban considerados como arte, como puede ser graffiteros, por ejemplo Keith Haring que coincide en la misma época con Jean-Michel Basquiat y que también alcanzará el éxito con un final bastante trágico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario