miércoles, 12 de marzo de 2014

La Casa Batlló del arquitecto Antonio Gaudí

La casa Batlló está construida en un momento de la vida de Antonio Gaudí en la que podemos apreciar todas las características del modernismo aplicadas en este edificio, una visión particular que hacen de este arquitecto un artista único y diferente a los de su época.
Nos referimos por ejemplo a la influencia que tiene Gaudí de los diferentes elementos de la naturaleza que va a integrar en sus edificios. Por ejemplo en este caso podemos apreciarlo en las ventanas del primer piso, que parecen confundirse con las ramas de los árboles que tiene al lado, aunque hay que afirma que esas formas estarían imitando huesos humanos, lo cual no nos parece descabellado. 
Al mismo tiempo el colorido de la fachada, que adquiere unas proporciones épicas con su iluminación nocturna tiene que ver con una cascada cuya agua estaría cayendo a través de esa magnífica fachada.
Existen otras características del movimiento modernista que podemos apreciar aquí, como por ejemplo el uso del hierro, que no lo utiliza Gaudí solo en la estructura del edificio sino en otros elementos como los balcones que adornan cada una de las viviendas del tercer piso. 
Como vemos Gaudí huye del uso de la línea recta, no solo en los balcones que acabamos de comentar sino también en el interior como podemos apreciar en la fotografía de la parte inferior, que nos muestra una de las habitaciones interiores del primer piso. Los modernistas pensaban que la curva era mucho más cómoda que la recta y la utilizaban para todo tipo de diseños, desde arquitectónico al mobiliario y menaje de hogar que utilizaban a diario. Esa sería la razón de tener unos balcones con formas curvadas o también un interior donde las curvas evitan las esquinas y por tanto los espacios muertos, se pierde algo de espacio, pero se gana en funcionalidad que es lo que este tipo de arquitectos estaban buscando.
Respecto a la fachada observamos una pequeña torre en la parte izquierda, completamente ajena a la arquitectura española y que suele aparecer en los remates de muchos edificios de Gaudí. Se trata de torres de tipo oriental que Gaudí había tenido la oportunidad de estudiar debido a su interés por el arte de Oriente Medio y que, como vemos, incluye en edificios como El Capricho de Comillas, La Casa Milla y otros más.
Por último debemos destacar el extraño tejado del edificio, con esa forma tan inclinada y ese extraño colorido que parece recordar según algunos la figura de un dragón recostado. Para ello debemos enlazar esa idea con el patrono de Barcelona, es decir San Jorge, cuya típica representación y símbolo nos presenta al Santo venciendo a una figura de Dragón. Gaudí, una persona muy religiosa y al mismo tiempo muy identificado con la ciudad de Barcelona, incluye este tipo de representación en el edificio por esa razón.
En alguna ocasión hemos podido escuchar que esa forma de remate también tiene semejanza con el gorro típico de los campesinos catalanes y ciertamente se parece, aunque para nosotros es más verosímil la primera teoría que acabamos de exponer.
En cuanto al interior nos llama mucho la atención el uso de las líneas curvas, como podemos apreciar no solamente en las paredes o puertas sino también en el techo que crean ese extraño tipo de bóveda con forma de abanico que trata de no abandonar el movimiento en ningún momento. Junto a ello el uso de la vidriera también es una característica del movimiento, quizás como una reminiscencia de la influencia neogótica, pero con una gran viveza y colorido, no solo en una foto nocturna como la que tenemos sino por el día con el juego y fusión de luces de colores. 
Una maravilla el diseño de esta casa. Nos muestra toda la dimensión y poder creativo de uno de los mejores arquitectos de finales del XIX y primera mitad del siglo XX


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